Este lunes coincidió que unos amiguetes iban a hacer el "Anillo Verde de Madrid", y como coincidía lunes de carnaval y nos daban festivo de convenio decidí apuntarme, un poco temeroso, ya que hablaban de 3´5 horas y 65 Km.
Eso nos daba una media que a mí no me cuadraba mucho, pero como si uno no se lanza a conocer se queda inculto pues me lancé y tras tragarme los atascos de entrada a Madrid (que paciencia tienen estos de la capital), allí estaba yo a las 10.30 para iniciar el anillo.
Al final como podréis suponer esas 3.5 horas se convirtieron en algo más de 4 horas, y eso descontando la parada al pinchito de media mañana, que ya que se va por ciudad, no solo de barritas vive el "biker".
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La ruta la iniciamos en el punto en que enlaza con el carril bici de Colmenar Viejo, y en sentido antihorario. El principio es realmente cómodo, ya que es una gran cuesta abajo hasta que llegas al río Manzanares y la Casa de Campo. La zona está bastante bien señalizada, y no te encuentras con problemas de pérdidas. Una vez en la Casa de Campo ya se habla de otra forma, pues al llegar al Lago empiezas a tener problemas para seguir la ruta que se pierde entre este punto y el ZOO.
Al llegar al lago me sorprendió ver una colonia de cotorras, han anidado en la zona y se les ve volando de árbol en árbol como si allí llevasen toda su vida. También es digno de comentar las colonias de gatos que hay en la casa de campo. A lo mejor en fin de semana están más escondidos, pero un día de diario, se veían solazándose tranquilamente en grupos bastante numerosos. Los madrileños tienen un serio problema ecológico en la zona.
Saliendo de la Casa de Campo la zona de Aluche se rueda bien, no hay demasiados cruces, pero al ser zona más urbana nos empezamos a encontrar con peatones que invaden sistemáticamente el carril para pasear o hacer footing, cuando el carril es en todo su recorrido claramente exclusivo para ciclos. Es al llegar a la zona sur donde empezamos a tener más problemas, en cada cruce temes perder el carril, y gracias al GPS (donde nos habíamos descargado el track) conseguimos mantenernos en la ruta sin demasiados problemas, pero pobrecito del que no lo tenga.
A partir de aquí empezamos a tener zonas que van por parques o pegados a la vía del ferrocarril. Realmente es agradable pasear por el carril, y se ven bastantes usuarios del mismo, pero todos ellos con ropa deportiva, es decir, el carril se usa para hacer deporte, no para desplazamientos urbanos ajenos al deporte. Al llegar a las partes que deberían ser más cómodas, ya acabando el anillo, nos encontramos con los barrios de Parque de las Naciones, y Sanchinarro. Aquí el carril se integra en la urbanización de la ciudad, pero de una manera un tanto absurda, se empeñan en llevar los carriles por los bulevares de anchas avenidas llenas de rotondas, eso quiere decir que cada vez que llegas a una rotonda (cada 500 m) has de pasar al menos tres semáforos para retomar tu dirección. Como uso de paseo podrá ser práctico y seguro, pero como uso deportivo o de desplazamiento en la ciudad es un absurdo pues se pierde muchísimo tiempo en continuas paradas.
Conclusiones: El carril bici de Madrid vuelve a caer en lo mismo de siempre, un bonito sitio para pasear tranquilo que no resuelve la movilidad urbana en bicicleta. Su recorrido no nos lleva a ningún sitio de especial interés en la ciudad ni turístico ni económico. Si estos carriles circulares no son complementados por radiales para poder acceder o al menos aproximarse a puntos céntricos de la ciudad solo sirven para ir a pasear con las familias.
Por último, en Madrid los ciclistas no se saludan entre ellos, eso lo descubres cuando has saludado a los 20 primeros y te miran con cara de pocos amigos, y luego de vez en cuando se te olvida y saludas a alguno más. Se nos nota mucho que somos "provincianos" pero que aprendan educación.
José Mª Molina
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